martes, 12 de abril de 2011

Dos horas


Sigo hablando del gimnasio que, ahora sin el ipod conectado a la oreja, se ha convertido en lugar propicio a la reflexión e inspiración de futuros posts. Pues bien, el otro día, mientras levantaba mecánicamente unas mancuernas, alcé la mirada hacia la pantalla de televisión en la que daban una comedia. En ese momento la actriz, Sandra Bullock, y su pareja en la ficción, Hugh Grant, parecían estar en medio de una discusión, ya que el actor mostraba esa típica cara de cordero degollado que le ha hecho tan popular. Supe inmediatamente que si me mantenía atenta un poco más se produciría la reconciliación y la escena, con toda probabilidad, terminaría con el consabido beso apasionado entre ellos.
Vamos al cine a ver una película que durante dos horas desplegará una sucesión de acontecimientos. En la proyección habrá momentos alegres, trágicos, tristes, emocionantes... pero, al final, nos iremos con la vivencia de unos episodios que enmarcan una historia. "¡Eso mismo sucede en la vida real!", me dije entonces. A pesar de nuestra errónea percepción, la vida es como una película en la que se suceden episodios de diversa índole que van marcando el argumento de nuestra propia historia. A veces nos detenemos en medio de un paisaje de problemas sintiendo la negrura eterna de la desesperación, ignorantes de que si esperáramos un poquito más nuevos acontecimientos nos llevarían tal vez a ese beso apasionado. Todos los vaivenes son pequeños trocitos de un argumento mucho más amplio que, a pesar de su amplitud, no dura más de dos horas.

11 comentarios:

Ligia dijo...

Es verdad, Alicia. Igual que la vida diaria. Un poco de todo, a pequeña escala. Abrazos

Alicia dijo...

Gracias por tu comentario, Ligia. Espero que todo vaya bien. Un beso

mariajesusparadela dijo...

Una buena reflexión para impacientes.
Lástima que las vidas no tengan siempre final feliz, como la mayoría de las películas. (sobretodo porque todas las vidas acaban con la muerte, y, aunque es inevitable, no acabamos de encontrarle el puntito de felicidad que tiene: "así que cuando morimos, descansamos", dijo don Jorge)

virgi dijo...

Ya veo que en el gimnasio no sólo cultivas tu cuerpo, sino también tu inspiración.
La vida como el cine. Y al revés.
Besitos, Alicia.

tanci dijo...

Alicia, no sé que me ha pasado con tu blo0g, pero no se me había actualizado en el mío. Sin enterarme que ha´bías publicado un nuevo post. Bueno, a lo que iba, la vida en una secuencia de dos horas. O dos horas para la narración de toda la vida. Porque en realidad cuando uno va al cine se engancha a ese trozo y no a otro que nos presenta la pantalla. Y puede que nos lo relaten con mayor fluidez o menor según el guión y el director. En el caso de nuestras vidas, creo que son los acontecimientos más felices los que impregnan o calan más nuestra experiencia. Los más apagados u obscuros tal vez los recordemos también, pero siempre en el punto de comparación para saborear y destacar los buenos momentos. En definitiva, igual que en la vida, pero flashes que nos permiten aprender, estar alerta o simplemente cómo comparación. Me sigue gustando ir al cine,pasan muchas vidas por mí en tal sólo dos horas. Buana reflexión. Un abrazo.Disculpa mi tardanza.

fiorella dijo...

La realidad supera la ficción, pero sin duda que un mal momento no es más que un ratito en una existencia,aunque parezcan siglos.Un beso.

Alicia dijo...

M Jesús, lo que más me llama la atención a mí es la pequeñez de nuestra existencia en medio de la inmensidad temporal... Tengo la impresión de que al final el principio y el fín se solapan y apenas queda un soplo de existencia. Te mando un abrazo que atraviese el tiempo. Besos

Alicia dijo...

Gracias Virgi... ahora en vacaciones estoy un poco perezosa y no he vuelto por el gimnasio.. será por eso por lo que no he actualizado el blog!! Besos, Virgi

Alicia dijo...

Tanci, querida, gracias por tu comentario muy puntual en medio de la inmediatez de la vida... por cierto, ya he visto que no has renovado tu post y con las visitas en casa no he tenido ni tiempo para respirar. Hoy me he quedado tiesa durante la siesta. Ya leí el post y estoy pensando en el comentario. Besitos...

Alicia dijo...

Sí, Fiorella, el problema no es más que un pequeño detalle en el contexto de una existencia amplia y a la vez diminuta en la inmensidad del tiempo. Un abrazo

Conchi dijo...

Alicia, quizás tengas razón en lo que expones,vamos que qestoy de acuerdo en casi todo, creo que los momentos amargos duran más de dos horas. Y que muchas veces el beso de amor tarda demasiado en llegar.
Pero es verdad que la vida es muy corta y que todo puede ser una mentira, como en las películas.

Te estás poniendo cachas, eh!!!!

Un abrazo y feliz semana
Conchi