sábado, 28 de agosto de 2010

Detenida, hablándonos desde la urgencia del pasado


Cuando entró en la antigua alcoba, las maderas del suelo crujieron bajo su peso y, al mirar hacia abajo, descubrió que sus pasos habían dejado huellas sobre el polvo aterciopelado. Los cortinajes envolvían el lecho como una inmensa telaraña recubriendo el hueco existente entre dos postes. Las altas mesas de noche, aún decoradas con sendos pañitos de ganchillo, mostraban en su superficie un par de retratos de lejanos personajes. El orinal de porcelana seguía allí, bajo la cama, y la gran cantidad de mantas apiladas señalaba, quedamente, que la habitación había sido sellada en invierno.
Sí, en invierno, incluso decían que el día más frío del año. Aquella aterradora noche la comarca sufrió las temperaturas más bajas del siglo y muchos vecinos murieron víctimas de diversas enfermedades pulmonares.
Era el día de Santa Cecilia, la patrona de la música, cuando se produjo el terrible hecho. Dicen que un ser de otro mundo se introdujo en la mansión y, buscando el fin de las injusticias, terminó con la familia del tirano a golpe de machete. El alba desveló la más terrible carnicería que nunca se haya presenciado y la casa fue sellada con todo su contenido congelado en un momento en el tiempo.
Murieron los testigos hace ya mucho tiempo y el horror vivido se apagó en ellos dejando tras de sí el mudo lamento de la leyenda transmitida de generación en generación. Los años no han traído oxígeno a la opresora estancia que apenas respira.
El aire le rodeó el cuello con tal fuerza que empezó a sudar copiosamente. La leyenda con su luz de luna llena y aires nocturnos se introdujo en sus venas. Allí, detenida, llamándole desde la urgencia del pasado estaba la palabra. Garabateada en un papel manchado de sangre. PERDÓN.
Imagen bajada de internet

viernes, 13 de agosto de 2010

Agua


Es curioso como, a pesar nuestro, los horóscopos y sus características se empeñan en marcarnos. Estos últimos días de calor decidí bañar a mis perros para refrescarlos y, al mismo tiempo, sacarles un poco de brillo. La mayor, una viejecita que a pesar de sus achaques está empeñada en acompañarnos durante un buen trecho del camino, nació en marzo y es, por lo tanto, una piscis sentimental regida por el elemento AGUA. Cada vez que ve una manguera se disparata y trata de morder el chorro de agua dando saltos en el aire y batiendo las mandíbulas inútilmente alrededor del líquido. Es sencillo sentarla para enjabonarla y aclarar con agua los restos de jabón. Sin embargo, el otro perro, un jovencito de dos años, no ve con buenos ojos que lo rocíe y mucho menos se presta a que lo enjabone. El caso es que éste no nació en marzo sino a finales de julio y es por tanto leo regido por el elemento FUEGO. Total que cada vez que lo traigo junto a la manguera consigue salir corriendo sin que apenas una gota roce su piel.
Observando la experiencia me he encontrado con que yo misma soy escorpión y regida por el elemento AGUA, al igual que mi perra. No me extraña nada porque mi mayor pasión es contemplar el mar transparente sobre las rocas del fondo del mar. Me gusta la sensación del agua refrescando el cuerpo, la brisa soplando sobre la superficie formando pequeñas olas que se rompen contra mí. El contacto del agua con la tierra: ese lugar mágico donde los pensamientos chocan contra la realidad. Salgo del agua, me paro y me vuelvo a mirar hacia atrás. Las pequeñas ondas transparentes producen efervescencias sobre las rocas y, victima de una irresistible atraccion, me vuelvo a lanzar nuevamente a unas aguas que ya han adquirido la misma temperatura que yo.


(imagen bajada de internet)