Nunca he sido muy deportista. Podría decir que, aparte de la natación, el deporte que más he practicado es el tenis de mesa. Sin embargo, últimamente he decidido ir al gimnasio para contrarestar el inevitable desgaste ocasionado por el paso del tiempo. Para una neófita como yo entrar en un gimnasio ha sido como introducirme en un santuario cuyos parroquianos celebran ritos que desconozco, lo cual hace que me mueva con cierta rigidez y destile un aire de falta de naturalidad.
Poco a poco he ido levantando del suelo mi mirada para fijarme en lo que ocurre a mi alrededor. A simple vista soy capaz de distinguir claramente a los que llevan años y años de ejercicio regular:
- Ellos están musculados y se secan la frente después del ejercicio con ademanes de saber muy bien lo que se traen entre manos. De vez en cuando entablan alguna conversación con sus iguales intercambiando extrañas palabras como tríceps, bíceps, plexo... y muchas otras que por su dificultad no recuerdo.
-Ellas están monísimas con el chándal de última moda, las zapatillas perfectamente conjuntadas con el atuendo y unos cuerpos bien torneados. Se mueven ágilmente entre los aparatos y conocen a la perfección el orden de los ejercicios que tienen que realizar.
A los novatos como yo también los distingo con claridad: titubean y disimulan azorados su falta de soltura refugiándose en el único ejercicio que conocen, el cual repiten una y otra vez para disimular. Después de estar semanas subiendo y bajando una barra decidí pedirle al monitor que me preparara una rutina para cada día de la semana y ahora llevo una ficha alargada con imágenes de los ejercicios destacadas con marcadores de distintos colores y numerados. Pero sigo teniendo un problema: los dibujos son tan pequeños y mi vista está tan mal que no veo ni torta. O sea que ahora voy al gimnasio con gafas. Sin embargo, los problemas no parecen abandonarme porque las imágenes de los ejercicios me resultan todas iguales y no tengo ni idea de lo que hay que hacer, por lo que he tenido que perseguir al monitor durante semanas para que me explicara uno a uno cada ejercicio y he ido anotando en la libreta cosas como: "aparato frente a la puerta - barra ancha - manos separadas - tirar hacia la barbilla". O sea que, aparte de la toalla obligatoria, ahora voy cargando las gafas, la ficha, la libreta y un bolígrafo para escribir.
También he llegado a la conclusión de que a la gente parece no gustarle demasiado el gimnasio. Todos parecen deseosos de estar en otra parte. Algunos llevan auriculares incrustados en las orejas; otros se empeñan en leer novelas de Ken Follet o rellenar un sudoku mientras pedalean en la bicicleta estática; los demás miran embobados los insulsos programas deportivos que se emiten en las pantallas de televisión repartidas por el establecimiento.
Yo, para seguir el ritual y pasar desapercibida, decidí enchufarme el ipod a la oreja. Mi equipaje se ha complicado porque ahora llevo el peso del ipod en el bolsillo del pantalón y el cable por debajo de la camiseta para evitar que se enrolle en los aparatos. Pero lo único que he conseguido es darle un tirón al cable y romper uno de los auriculares.
A partir de mañana voy a ir al gimnasio con lo puesto. Me voy a quitar las gafas, voy a dejar el ipod en casa, tiraré la ficha y la libreta y me pondré a hacer los ejercicios en el orden en los que lo haga alguno de los parroquianos elegido al azar. De ese modo podré disfrutar de la vida en presente y dejar que mi mente se centre en la experiencia única de acudir a un gimnasio.
16 comentarios:
me parece buena idea, rollo freestyle, y a darlo todo, sin preocuparse de los demás. vive el momento! sería la única forma en que yo podría apuntarme a un gimnasio, vamos.
Ten cuidado, no vayas a ponerte al lado de uno de los más preparados y acabe contigo.
¿no sería más fácil que el monitor te acompañara un par de días? (quien paga , manda)
Ourense está lleno de máquinas de parques que dicen qué ejercicios puedes hacer en ellas: si el monitor de tu gimnasio no hace su trabajo, mejor vete al parque: te vas a desgraciar igual...
Ja, ja, me he reído mucho, Alicia. Me imagino igual siempre que voy a iniciar alguna actividad y no sé por dónde empezar. Yo voy a la piscina de San Benito y nado p´arriba y p´abajo, pero al principio estaba dudando hasta en el vestuario, ja, ja. Abrazos
Mis experiencias de gimnasio son... cuanto menos decepcionantes, pero por mi falta de constancia. He llegado a pagar 3 meses por adelantado para obligarme y la vez que más he conseguido ir 15 días. Prefiero caminar por el campo. Además tengo un sentido del ritmo regularillo y cuando iba al gimnasio al final me ponía en las máquinas de musculación, que hacía a mi bola y a mi ritmo :)
Ja, Ja, Alicia, no sabes cómo te comprendo. Idem, idem,idem. ¿Y qué me dices del pavoneo de algunos "gimnastas" para lucir su musculatura?. Además, el caso es que uno los mira y se plantea cuánto tiempo ha necesitado para llegar a esos biceps y triceps apretados. Y en la misma dinámica, esos mismos experimentados te miran esperando que la máquina te gane por inexperta o por inconstante o simplemente porque al ser uno nueva se aburra rápidamente... Pero tú sigue Alicia, el que la sigue la consigue. ¡Adelante!. Dentro de poco seremos musculosas, apretadas y con fibre, mucha fibra de avena... ;-)Si que me gustó. Un beso
Raúl, estamos viviendo tiempos en los que la distracción nos ha ido llevando lejos de nosotros mismos. Yo creo que el gimnasio debe constituir ese momento en el que uno empieza por fin a tomar conciencia de uno mismo. Me gustó eso de 'freestyle' jaja. Un abrazo
M Jesús, yo aprovecho y voy a un club del que soy socia o sea que el gimnasio está incluido en la cuota mensual. El monitor tiene mucho trabajo y está siempre ocupado en sus cosas... pero es amable y si le pido que me ayude lo hace de buena gana... aqui no hay parques como los de Ourense, al menos yo no los conozco. De momento voy cumpliendo con mi asistencia y espero que se vea el resultado en mi salud. Un abrazo
Ligia, es verdad que cuando uno llega a un sitio en el que hay otros parroquianos que llevan décadas allí se siente fatal... ya voy cogiendo un cierto estilillo ¡no te creas! y mis músculos parece que están agradecidos, jaja. Un abrazo
Candela, pues eres como yo... poco amiga de gimnasios. Estoy esperando que empiece el solecito para tirarme a la piscina y nadar en vez de darle a los pesos y las barras... pero siempre me da pereza porque si me mojo el pelo todos los días se me engrifa y no hay quien lo peine. Un abrazo
Hola Tanci, me alegra verte por aqui como siempre... sí, ir al gimnasio tiene truco como tantas otras cosas de la vida. Yo voy mejorando y ya no se me nota tanto que soy una pardilla. El sábado estuve por el Médano y siento decir que ya no es lo que era... estaba repleto de gente ¡un horror! creo que hay que ir en invierno y entre semana. Un abrazo
Aliciaaaaaaaaa, que no te voy a conocer cuando vaya a verte, jaja. Me parece estupendo que vayas al gimnasio pero me he partido de risa imaginándote con la libreta apuntando todo, jaja. Yo me moriría en un sitio de esos! Eso sí, algún ejercicio hay que hacer. Yo me voy a poner a fregar las paredes de mi casa con lejía, que falta les hace! jaja luego me matan las agujetas!!!
Te mando un fuerte abrazo, amiga
Conchi
Gracias Conchi por pasar a verme a pesar de lo ocupada que andas organizando a las chicas de la plaza. Yo creo que fregar las paredes con lejía debe de ser más efectivo que ir al gimnasio a diario. Por cierto, ¿no se decolora la pintura? ¡Ya me dirás! Bueno, amiga, expectante estoy de ver cómo finaliza nuestro cuento. Un abrazo
ja ja ja, qué genial...como verme a mí misma. Nunca he ido, pero pienso que sería igualita: esa timidez, esa falta de naturalidad, esa vergüencilla que no quiero reconocer...Me ha encantado, ya quisiera yo tener esa decisión que has tenido.
Un fuerte abrazo, montón de gracias por el rato.
Gracias Virgi, me alegra haberte hecho pasar un rato agradable. Un abrazo
Alicia, yá sabía de tu asistencia al gimnasio y creo que me pasaría lo mismo. Yó, aquí, al lado de casa viene una generación de señoras , ponles 60 añitos, con un monitor , el cual veo desde mi balcón ,por lo que se les vé muy que muy motivadas!!!!!
Conjuntos impecables, cochazos en las puertas del Oliver, incluido mi garaje que han tomado de su propiedad porque NO tengo Vado!!!!...de peluquería, enjoyadas...y lo que tiene con más rabia es que algunas están como ""un pincel""". Aquí debe haber algún ""truquillo"". Cuídate tu dedo, tu pierna, tu espalda y quizás...me anime !!!!!!!!!!!11
Alicia, yá sabía de tu asistencia al gimnasio y creo que me pasaría lo mismo. Yó, aquí, al lado de casa viene una generación de señoras , ponles 60 añitos, con un monitor , el cual veo desde mi balcón ,por lo que se les vé muy que muy motivadas!!!!!
Conjuntos impecables, cochazos en las puertas del Oliver, incluido mi garaje que han tomado de su propiedad porque NO tengo Vado!!!!...de peluquería, enjoyadas...y lo que tiene con más rabia es que algunas están como ""un pincel""". Aquí debe haber algún ""truquillo"". Cuídate tu dedo, tu pierna, tu espalda y quizás...me anime !!!!!!!!!!!11
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