Aunque ahora me veas con este aspecto, no siempre fui así. Manos hábiles, movidas por la ilusión, alzaron mis muros piedra sobre piedra y me cubrieron con tejas calientes, recién horneadas. Floreció la vida en mi interior. Di sombra y refugio. Mis muros contuvieron el calor implacable de los tórridos veranos y los inviernos chorreantes dejaron sobre mis tejas un manto de verdor que me adornó para siempre. Mis ventanas se graduaban para dejar pasar al interior la luz necesaria con que alumbrar unos días condenados a pasar veloces hacia la nada. He dejado de oir las voces de aquellos a los que ya nadie llama. Se han apagado las risas infantiles, han cesado los vanos cuchicheos y los llantos calientes han ido perdiendose en la distancia. Me ha envuelto la soledad con su manto de polvo y suaves telarañas y, bajo él, he asumido el final.
Ya sé que es inútil una mano de pintura y un par de arreglos superficiales. Aunque lo hicieran, todos verían que no pertenezco a este mundo, que mis formas poco tienen que ver con las de las casas que me rodean. Ha llegado mi hora, mucho antes de lo que esperaba. Se acaba la fiesta como se acaban todas.
Me venden. Bueno, en realidad venden el hueco que dejo al marcharme sin humildad de un mundo en el que ya no me conmueven las voces que oigo.
22 comentarios:
Wau! Alicia, se me erizan los pelos. Cuánta historia puede tener dentro ese inmueble...
Abrazos
Bueno, ahí construirán un bloque alto e impersonal, pero que en las noches de verano... susurros olvidados de juegos infantiles acariciarán los oídos de sus habitantes....
Nosotros y tu sabremos a quién pertenece ese lugar...
Un beso, preciosa.
Natacha.
Querida Alicia, ¡qué post tan conmovedor! ¡Cuánta historia, cuántas emociones debieron albergar esos muros! Has conseguido humanizar esa vieja casa de una manera increíble, me parecía estar leyendo las palabras de una anciana dama a la que, comprendiendo que su mundo se ha esfumado ya desde hace tiempo, sólo le queda despedirse. Me has llegado a hacer sentir ese sentimiento de soledad, esa nostalgia al recordar el pasado... Supongo que algo similar es lo que deben sentir las personas muy mayores en sus últimos momentos, esa sensación de estar en un m undo al que ya no pertenecen... Me ha encantado Ali. Te deseo una feliz semana.
precioso texto y preciosa foto, para dar pie a la maravilla.
Ya, ya la venden. Ya, ya lo esperaba. No hace mucho faltaba el cartel anunciador de nuevos proyectos. Es una lásyima Alcia, pero se estará haciendo eco aquella máxima que dice " Renovarse o morir". En este caso no habrá rehabilitación, no habrá restauración sino que se unirán todos los esfuerzos, supongo, en conseguir otra nueva imagen. Muchas pasé y miré a través de las hendijas y un fino hilillo de polvo sostenido por un rayito de luz me llego hasta mi oído susurrándome lo que tú, tan brillantemente, nos has trasladado con tus certeras palabras.
Cuando de nuevo pase y vea la otra cara de la moneda recordaré tu relato y sabré de cuántos vidas vividas y de cuántas experiencias habidas en su interior. Es ley de vida.Magnífica fotografía coronada por los verodes.
Un fuerte abrazo.
Ligia, siempre me ha intrigado la historia de las casas viejas... al igual que nosotros, las edificaciones van envejeciendo hasta que su permanencia es imposible. Un abrazo
Natacha, seguro que harán un edificio impersonal en el que por más dinero vivirán un montón de personas más que en la casa original... y en medio de la noche se oirá alguna risa antigua que se quedó pegada a alguna piedrita del patio. Un abrazo y felices vacaciones en la luna.
Mónica, muchísimas gracias por tus palabras. Esta última vez me ha costado escribir un post porque no encontraba inspiración para hacerlo. El otro día, volviendo de casa de Tanci, me paré enfrente de la casa y con mi móvil hice una foto... desde entonces he estado dándole vueltas en la cabeza y hoy me he decidido a escribir lo que saliera. Te quiero ver esta semana sin falta ¿vale? Ya hablamos. Un beso
M Jesús, muchas gracias una vez más por tus amables palabras. Me alegra que te haya gustado la foto y el texto. Un abrazo
Tanci, fue viniendo de tu casa el otro día cuando hice la foto al pasar delante de la casa. Me alegra que te haya gustado la entrada. Desaparecerá la casa y los verodes con ella y ¿qué quedará? seguramente muchas más cosas de las que creemos. Un abrazo y a ver si nos vemos las tres esta semana.
Alicia, me ha emocionado tu entrada.
Me pasó como a Mónica, vi a esa casa como a una persona mayor... y me dio mucha pena. También el que derriben una casa me da pena, pero ya he visto a tantas sucumbir al paso del tiempo.
Todo se acaba. Todo.
Amiga, espero que estéis bien tanto tú como tu familia. Me estoy acordando mucho de ti estos días.
Un abrazo grande
Conchi
Conchi, muchas gracias por tus palabras. Sí, estamos todos bien y la que estaba peor parece que se ha estabilizado. Espero que el calor no te haya derretido todavía... ya sabes que en caso de emergencia siempre te puedes dar un saltito por esta tierra en la que los calores duran un máximo de tres o cuatro días y luego viene la cordura en forma de brisa fresca... (los famosos alisios que nos traen vida). Te mando un fuerte abrazo y espero que nos reunamos algún día delante de un cafecito caliente y hablemos y hablemos hasta el amanecer. Un abrazo fuerte.
Alicia, nos llevas en un viaje por el tiempo. Me gustan las viejas casas, porque hablan. Es precioso cómo lo relatas, y me da pena de esa casa sentenciada a desaparecer.
¡Qué preciosura!, la foto, la casa y tus palabras. Me hizo acordar a una foto que siempre veís de una casa en la Calle de los Suspiros de Colonia del Sacramento. Lo primero que hice cuando fui allí fue ir a la casa, y fue muy fuerte lo que sentí. Claro que vos lo expresás maravillosamente con tus palabras en este post.
Un abrazo.
Candela, sentenciada está la casa como lo estamos todos aunque vivamos olvidados de eso. Se acaban los ciclos y permanecer es habitar un mundo que no nos pertenece ya. Un abrazo vacacional.
Flaca, te agradezco tu visita y tus palabras de aliento que indirectamente contribuyen a que siga intentando escribir. Las casas, igual que nosotros, conservan las vivencias de alguna manera y luego ya no se adaptan a los cambios con facilidad. Te mando un abrazo desde el verano.
He llegado aquí a través de tu último comentario en el blog de Isabel, donde dices que el silencio guarda todas las palabras igual que el blanco guarda todos los colores. Me ha encantado ese comentario. Ahora llego aquí y me encanta esta entrada: detrás de esos muros debe de haber mucha vida, aunque no se vea. A veces hay tantos muros que impiden ver la hermosura que tenemos ante nosotros...
Creo que me voy a quedar por aquí un rato, si me lo permites.
Un saludo.
Jorge Andreu
Jorge, por supuesto que puedes quedarte por aquí tanto como quieras. Me halagan tus palabras y espero estar a la altura... Un saludo.
A mí me da mucha tristeza cuando me detengo a contemplar una de esas casas. Me imagino la de cosas que se han podido vivir dentro, amores, esperanzas, ilusiones, dolor...
Yo me sentiría fatal si tuviera que pasar por delante de una casa donde hubiera vivido y la viera así.
Un abrazo fuerte, ya veo que le vas cogiendo el gustillo a las fotos, verás que te vas ilusionando cada vez más.
Un fuerte abrazo. Grande
Virgi, sí, le voy cogiendo el gustillo a esto de la fotografía. Más que nada por la inmediatez de tener un móvil siempre a mano y poder captar las cosas que me van llamando a mi paso. Te deseo unas felices vacaciones y te mando otro abrazo grande.
Vuelvo a este rincón porque me sigue conmoviendo esta casa. Y me sigue conmoviendo sus palabras, sus voces. Y como sé que desde dentro ha hablado, ha comunicado, ha llorado y ha otorgado un lamento, pues vuelvo a su lado. Y le presto mi apoyo. Y le pongo mi hombro. Y estoy con ella. Y le guiño un ojo. Y le digo que perdurará au espíritu, que ya se ha encargado su transmisora de comunicárnoslo. Por eso vuelvo de nuevo a leerte, porque me ha llenado. Me ha llegado y me ha tocado suavemente como cuando sus puertas fueron el eco de finos nudillos templados.
Me ha gustado Alicia. Un abrazo.
Querida Tanci, gracias por esta nueva visita a una anciana agonizante... seguro que aunque se vaya pronto, todos la recordaremos porque nos ha dejado un poco de su legado. Un abrazo
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