El domingo pasado nos despertamos con las palabras del Primer Ministro Griego, Papandreu, exigiendo al pueblo 'sacrificio o catástrofe'. Los poderosos están empeñados en seguir haciéndonos sentir culpables de la crisis financiera que estamos atravesando. Para ello instan a las multitudes a apretarse los cinturones y dejarse esquilmar para salvar la maquinaria económica que se ha atascado.
¡Qué fácil resulta cambiar el foco y señalar a los inocentes a los que se les acusa ferozmente de haber producido la ruina de la hacienda púbica! Los castigan amenazándoles con recortarles los sueldos un 30% y tocar las sagradas pensiones. En este ambiente inquisidor hasta los políticos se han atrevido a anunciar recortes en los salarios y en las pensiones, temas que no se solían tocar para no perder adeptos en las elecciones.
Las autoestimas dañadas de las clases asalariadas les hacen sentir vulnerables y solidarios por lo que aceptan sin rechistar su cuota de participación en dicha ruina.Y, mientras tanto, los verdaderos culpables se agazapan detrás de ellos esperando no ser vistos. Son las entidades financieras y las grandes multinacionales cuyos directivos se siguen aprovechando de las circunstancias para despedir trabajadores y subirse los sueldos y los bonus de los que disfrutan. En mi comunidad autónoma han aprovechado la voluntad del gobierno de hacerse cargo del pago de la seguridad social de los nuevos contratos para despedir a los antiguos trabajadores a los que han sustituido por otros a los que, aparte de no pagarles la seguridad social, les han rebajado los sueldos. Los bancos, por otra parte, se han cerrado por banda y haciendo oídos sordos de las súplicas de clientes sin capacidad de maniobra han ido quedándose con las propiedades o renegociando deuda cargada de tasas que han pasado a engrosar sus pingües ganancias. Los políticos también han contribuido a este desmantelamiento de los caudales públicos por el saqueo inmoral que han hecho cada vez que han tenido la ocasión. No gano para sorpresas, ya que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha declarado textualmente que 'la corrupción es consustancial a las instituciones'. La verdad es que me quedo anonadada con este razonamiento tan deslumbrante. La corrupción no sólo no es consustancial con las instituciones, sino que es una monstruosa inmoralidad aprovecharse del acceso al dinero público para meter la mano en la bolsa y llevarse a casa el botín.
La crisis la padecerán los débiles que son los que tendrán que arrimar el hombro y apretarse el cinturón. Los poderosos siempre salen victoriosos de estos trances que aprovechan para incrementar sus ganancias explotando la debilidad de los otros. Pero, tal es su ceguera que no se dan cuenta de que sin la masa no tendrán posibilidades de éxito en ninguna empresa que inicien. Están matando a su gallina de los huevos de oro sin saberlo.
¿Quién va a comprar los coches de lujo? ¿Cómo vamos a poseer los chalets de diseño que construyen? ¿A qué mercado se van a dirigir las empresas de ocio?
Al pueblo desde luego que no y entonces ¿van a cerrar todas las empresas? o ¿se van a decidir finalmente a repartir un poco para fabricarse unos potenciales clientes y conseguir que la rueda de la economía vuelva a girar?
8 comentarios:
Cuánta razón tienes, Alicia. Pagamos los de siempre. Se reparten las pérdidas, pero cuando hay ganancias no se reparten. Y también yo me quedé de piedra con las declaraciones de Esperanza Aguirre ¿tendrán poca vergüenza?
Siempre pagamos los mismos. Y lo peor es que no podemos hacer nada. Abrazos
Esa cosa que llaman MERCADOS se ha empecinado en hundir a las masas en la explotacion y sin duda lo conseguiran.
Malo es el problema del desempleo, pero si hablamos del desempleo juvenil ya ni siquiera hay palabras.
Un abrazo, amiga (con mucho desanimo, pero con mucho cariño)
Dicen que la venta de artículos de lujo no ha descendido en estos tiempos de crisis... Y es que el dinero sigue estando ahí, solo que cada vez repartido entre menos manos. Es tanto lo que algunos han ganado y, sobre todo, lo que seguirán ganando en los próximos tiempos en base a esta crisis financiera (a costa de los "necesarios sacrificios" de los trabajadores)que no creo que les preocupe en absoluto cómo se va a producir la reactivación de la economía. Han sido tantas las ganancias, que suponen que pueden permitirse el lujo de esperar mucho tiempo a que la rueda de la economía empiece de nuevo a girar. Lo más preocupante es que, ante esta situación que atravesamos, no se oigan más voces denunciando tanta injusticia. Es como si la clase trabajadora, impotente y abrumada por el peso de lo que se le viene encima, hubiese decidido agachar la cabeza y cargar sobre sus hombros toda la culpa o responsabilidad de lo sucedido. Gracias a su esfuerzo la rueda, no sé dentro de cuanto tiempo, comenzará de nuevo a girar. Pero, ¿cuánto tiempo pasará antes de que volvamos a caer en la misma situación? ¿Lamentaremos en el futuro no haber aprovechado esta situación de crisis para hacer un examen profundo del marco legal actual que ha permitido a las instituciones y a la empresas sacar tajada, e introducir en consecuencia las modificaciones necesarias para que no se vuelva a caer en lo mismo? Probablemente. Y es que, los de abajo, bastante tienen con llegara fin de mes... ¡y a los de arriba sencillamente no les interesa! Triste panorama...
Esto suena a "la crisis" como aquella del 29 que todos sabemos cómo terminó.
Si los economistas son conscientes de cómo pendula la economía... digo que podían haber previsto que esta sociedad de consumo acabaría agotándose a si misma.. la superproducción el consumo masivo, amén de los problemas políticos y las "metidas de mano".
Miedo da pensar en cual será la solución... a la última fue arengar a la población a una guerra que subsanara todo mal...
Ay... la cosa no pinta bien.
Un beso, querida amiga y me alegra ver tu nuevo espacio. Mucho, de verdad.
Natacha.
Querida Alicia, no sólo meten la mano en la bolsa y se llevan el botín, sino que además la meten descaradamente y terminan llavándose los dos botines. Con uno no teien, necesitan el par de botines. Bromas a un lado, creo que al estar tocando fondo todos no sentimos tambaleados, excepto los que, a costa de los conribuyentes, se han ido enriqueciendo. Muestra de apretarse el cinturón no he visto hasta el momento en, al menos, un intento de rebajarse los enormes sueldazos que se han impuesto. A veces sin hacer nada, ya que los trabajos de muchos políticos los realiza el personal que está a su servicio. Por otro lado dice el refrán que la avaricia rom pe el saco y mira por dónde se ha roto el saco, la bolsa y hasta se han llevado el botín. Lamentablemente el ser humano no aprende y sigue pensando que la mayor riqueza está en tener la bolsa llena. Que si bien da unas cuántas alegrías a esta vida y también bastante seguridad, no es precisamente la clase de riqueza con la que me gustaría quedarme. Pero es a la que nos tienen acostumbrados a mirar en esta sociedad de vanidades. Habría que plantearse dónde se han quedado los valores que si son consustanciales al ser humano. Habría que desempolvar los viejos libros e inculcar otra serie de postulados desde la base. Más coherentes con una línea de vida y de convivencia cercana a la solidaridad. Pero hablo, tal vez, desde un punto de vista romántico. Tal vez porque sigo creyendo que existe, aunque pocos, una clase de políticos interesados en lo común , en lo verdaderamente solidario, en lo necesario para que el ser humano camine y se implique en un progreso no tanto monetario sino algo más espiritual y de desarrollo humano. Mientras tanto confío en que las nuevas generaciones irán teniendo una consciencia más impermeable y más crítica a fin de que las cosas vayan cambiando de panorama. Aunque no sé si mis ojos lo verá...
Alicia, hiciste una buena crítica de la situación. En Grecia están a palos, la gente en la calle se manifiestan y protestan, ¿conseguirán algo? No lo sabemos aún.
La cuestión es que la situación económica actual está siendo crítica y que los políticos no se ponen de acuerdo. Pagaremos los funcionarios y pensionistas con las rebajas en los sueldos. ¿Y qué podemos hacer?
En fin, intentaremos estar atentos y soñaremos con que nuestros hijos puedan vivir un mundo un poquito mejor, donde la justicia sea un hecho (por soñar que no quede)
Te mando un fuerte abrazo
Conchi
Totalmente de acuerdo con tus planteamientos. Poco se puede añadir. Lo de Esperanza Aguirre resulta totalmente desmoralizante.
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